lunes, 8 de octubre de 2018

SE TRATA DE AMAR

Imagen relacionada
Lc 10,25-37
Podríamos decir que para heredar hay que amar. Y amar en clave de ágape, es decir, de entregar la vida por el otro. Y el otro puede ser tu amigo, tu ser más cercano o tu enemigo. El otro es aquel que te necesita y que depende de ti en ese momento. Posiblemente quedemos desnudos ante estas Palabras de Jesús.

Porque, cuántas veces hemos justificado nuestra escucha y atención a otros poniendo delante nuestros compromisos y obligaciones para evadir tal asistencia o escucha tan necesaria por ese al que llamamos prójimo. Es posible, también, que no sepamos discernir dónde tenemos que poner el acento en muchas circunstancias y momentos de nuestra vida, pero, es verdad también que solemos dar carpetazo a muchas ocasiones donde la atención y ayuda al otro es lo primero que tenemos que atender.

De cualquier forma la receta está bien explicada. Conocemos y sabemos que tenemos que hacer, aunque nuestras fuerzas, para ejecutar lo mandado, sean débiles y muy frágiles, y fácilmente vencibles por las tentaciones que nos impiden cumplir con lo mandado y con lo que a nosotros nos justaría. Y lo experimentamos en nuestra propia vida cuando, sabiendo lo que nos prohibe el médico, lo incumplimos poniendo en riesgo nuestra propia vida. Si hacemos eso con nuestra salud, cuánto más con nuestra salud espiritual que nos parece más lejana y difícil de entender.

Ésta es la realidad de nuestra vida. Nuestra herencia de Vida Eterna dependerá de nuestra capacidad para tomar conciencia que todo lo que hagamos a quien lo necesite será un fuerte abrazo a Xto. Jesús y un puñado de puntos para garantizar tu herencia eterna. De todas formas en eso consiste todo, en amar como Xto. Jesús nos ama.