domingo, 11 de septiembre de 2022

TÚ VALES LA PENA

Lc 15, 1-10

Si has sido creado es para que seas eternamente feliz. Si bien, primero hay que pasar por la prueba de la fe. Por y para eso has sido creado libre. Libre para elegir el camino a seguir: la vida o la muerte; la salvación o condenación eternas.  Tú, también yo, tenemos la palabra y esa posibilidad de elegir.

Dios no te deja solo, te busca y te rescata. Eres la oveja perdida por el pecado que Él llama, busca y salva entregando su Vida por y con amor misericordioso. La parábolas que hoy narran el Evangelio – la oveja y moneda perdida – dejan meridianamente claro lo que nuestro Padre Dios ha hecho con cada uno de nosotros y para lo que ha enviado a su hijo a este mundo.

Dios no se cansa de esperarte. Lo hace pacientemente esperando tu conversión, tu respuesta afirmativa y tu escucha atenta y obediente. Por y para eso te busca y entrega su Vida. Quiere lo mejor para ti y llevarte a su Casa para que goces eternamente a su lado. Te busca constantemente y sale a tu encuentro y sin reproches. No pienses que Dios te va a reprochar tus pecados, tu indiferencia y desplantes. Nada de eso. Dios se olvida de todos tus pecados y te llena de besos y abrazos. La parábola del Padre misericordioso o hijo pródigo lo expresa claramente.

 

—¿No te parece un privilegio inmerecido, Pedro? —comentó Manuel.

—Totalmente, y, además, incomprendido. Es un misterio que sin merecer nada Dios nos quiera y nos dé tanto amor y misericordia.

—Creo que no somos consciente de esa suerte y posibilidad que tenemos. Y, pienso, que el diablo tiene la culpa —respondió Manuel. Por eso, si no estamos en Xto. Jesús quedaremos a merced del demonio.