jueves, 11 de marzo de 2021

NOS RESISTIMOS A LA EVIDENCIA

 

Con razón dijo Abrahán - parábola del rico epulón - Lc 16, 19-31 - que si no creen y obedecen a Moisés y los Profetas, tampoco creerán a un muerto que ha resucitado. Y es que, hoy, seguimos resistiéndonos a la evidencia tanto de la Palabra de Dios como al signo por excelencia de la Resurrección del Señor, muerto y Resucitado tras su Pasión y muerte tras ser crucificado.

Precisamente, en el Evangelio de hoy, llegan a decir que Jesús expulsa los demonios por arte de Belzebú. Disparate tras disparate ante la evidencia de lo que ven sus ojos y con tal de resistirse a la propuesta de Jesús. Signo de contradicción que unos aceptan y acogen en sus corazones, pero, otros se resisten a aceptarlo. Simeón - Lc 2, 22-38 - lo había profetizado en aquella ocasión cuando Jesús fue presentado en el templo.

Negamos lo evidente y exigimos un signo que nos evite el riesgo y esfuerzo de confiarnos en la fe que el Señor nos pide. Nos preguntamos, ¿es qué tiene algún mérito creer cuando la evidencia - signo - se nos pone delante de forma clara y manifiesta? Y, ¿acaso no se nos ha puesto ya en la Cruz y la Resurrección? 

¿Qué pedimos y que más nos hace falta? ¿No será que necesitamos abrir nuestros corazones y dejarnos invadir por la acción del Espíritu Santo?