domingo, 28 de marzo de 2021

ENTRADA TRIUNFAL

 

Jesús entra triunfal en Jerusalén, pero no es una entrada que refleja poder y majestad. Es una entrada que tiene mucha relación con su nacimiento. Indudablemente, su naturaleza es Divina, es Todopoderosa, es el Hijo de Dios, pero su venida a este mundo es humilde, sencilla, pobre, gratuita y servicial. Y, su entrada no podría ser de otra forma. Llega a la cabalgadura de un borrico, no a la  de un corcel majestuso, como corresponde a una entrada de rey,  y humildemente acepta las aclamaciones del pueblo. No exige nada, solo se da por amor gratuitamente.

Pero, a los pocos días, esas aclamaciones se convierten en ofensas. Todo se vira repentinamente. ¿Qué ha sucedido? ¿Acaso era un rey falso, mentiroso y engañoso? ¿O son mentiras falsas, apoyadas en intereses personales y egoístas que le acusan y quieren matarle? Lo que realmente sucede es que Jesús es un rey que molesta, que proclama la Verdad, que hace justicia y que defiende al oprimido y al pobre carente de las necesidades imprescindibles.

Y preocupa su presencia y su anuncio lleno de amor y de verdad. Sus obras, milagrosas para el bien de los más necesitados, aterran, y les preocupa a los poderosos. Por tanto, esa entrada, aparentemente triunfal, hay que dirigirla y manipularla hacia una condena general que le lleve a la cruz. Sí, todo coincide con nuestra propia vida, al menos con la mía, donde muchas veces le he aclamado y otras ha pasado por debajo de la mesa, yo también le he acusado, porque me molestaba mirarle y escucharle.

Sin embargo, Señor, a pesar de mis pecados, hoy quiero, primero pedirte perdón, y segundo, ser un seguidor tuyo humilde y sencillo, para hacer de mi vida una imitación de la Tuya. Claro, supuestamente contando con tu Gracia.