martes, 27 de octubre de 2020

PEQUEÑO - DÉBIL - HUMILDE

Lc 13,18-21


 

Dios no busca en la grandeza sus testigos para anunciar su oferta y apuesta que ha hecho por el hombre, en el que ha puesto su confianza.  Y no la busca porque, para grandeza ya está Él, Señor de todo lo creado, visible e invisible. ¿Para qué buscar grandeza y poder si más grande que Él no hay nadie? 

Por tanto, Dios se hace pequeño - hombre - y busca y vive entre los pequeños, porque quiere enseñarnos su poder y grandeza haciendo de lo pequeño lo grande y de lo débil lo poderoso. Sin embargo, la abajura de Dios es tan grande manifestación de amor que no nos presiona ni nos impone nada. 

Nos creó libe para que le reconozcamos por voluntad propia su ascendencia sobre nosotros. Es nuestro Creador y Salvador, y no nos ha creado para luego abandonarnos y condenarnos, sino para, reconociéndole nuestro Señor y Padre, darnos esa Vida plena de gozo y felicidad Eterna.

Por tanto, reconozcamos nuestra pequeñez, nuestras debilidades y seamos humildes reconociendo a Dios como nuestro Padre y Señor.