viernes, 3 de noviembre de 2023

HIPÓCRITA, NO HACES LO QUE DICES

No hay mayor engaño que decir esto y hacer lo otro. Es una experiencia que todos los españoles han sufrido y experimentado muy claramente. El dolor, aun siendo el mismo de cualquier mentira, parece que genera una sensación más dolorosa y dura. No se puede ser mejor ejemplo que el que todos sabemos y estamos sufriendo.

Es un signo claro de la gravedad del pecado que a Jesús le fastidia y le duele enormemente esa hipocresía farisaica de aquellos que esconden sus intenciones en la falsa apariencia para exigir a otros pero no a ellos mismo. Porque, ellos dicen y no hacen lo que dicen sino lo que realmente les interesa para satisfacer sus egos y caprichos.

Y, aunque eso nos recuerda a ciertas aptitudes que vivimos muy de cerca, no podemos tampoco excluirnos nosotros. Porque hay momentos en los que quizás no cumplimos con lo que hemos defendido en otros momentos a capa y espada. Es cierto, y lo hemos confesado, también nosotros somos pecadores y, posiblemente, en algunos momentos de nuestra vida, hipócritas.

Sin embargo, lo verdaderamente importante no es quedarse en el lamento del pecado, sino de aceptarlo, reconocerlo y, por la acción del Espíritu Santo, tratar de levantarse. Somos, no lo perdamos de vista, hijos pródigos y necesitamos la Misericordia de nuestro Padre para volver a casa y reconciliarnos con los hermanos.

Y en eso estamos y debemos empeñarnos en seguir estando. Ese es el camino, confiar en la Infinita Misericordia de Dios y, por su Gracia, ir avanzado en la virtud del amor al estilo de nuestro Hermano mayor Jesús.