domingo, 7 de marzo de 2021

CRUZ Y RESURRECCIÓN

 

Exigimos signos que den fundamento a nuestra fe. Signos según nuestra razón y según se acomoden a nuestro gusto. Nos cerramos a toda Palabra que venga de Jesús y que no entre dentro de nuestra razón. Sin embargo, el fundamento de nuestra fe es la Resurrección del Señor. Pero, sería bueno antes preguntarnos qué es la fe. Porque, si la fe significa fiarnos y creer en Jesús, el Hijo de Dios, que ha muerto en la cruz y ha Resucitado, qué estamos diciendo y preguntándonos.

La Resurrección, tal como hemos dicho, es el fundamento de nuestra fe, y en ella se acaban todas nuestras dudas. Y en ese sentido también nosotros somos templos, como Jesús, llamados a Resucitar. Templos del Espíritu Santo con los que nos se puede mercantilizar ni traficar. Templos que debemos cuidar y sostener santificados con y por la Gracia de Dios.

Porque, cuando nos sumergimos en el fango de la corrupción, seducidos en la concupiscencia que apetece al cuerpo, corrompemos nuestro templo espiritual que ha sido creado para gloria y alabanza al Señor. Y para, consumido su camino de cruz, resucitiar por y para Gloria del Señor. Y, ahí están esos testimonios de todas esas cruces misioneras perseguidas que, ofrecidos como templos vivos, son signos de resurrección que se levantan cada día para anunciarnos que Jesús ha Resucitado y que también, los que creemos en Él y le seguimos, resucitaremos también.