miércoles, 19 de diciembre de 2012

¿NOS PASA A NOSOTROS LO MISMO?

 Lucas 1, 5-25. En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote,

Yo tengo que confesar que, al menos a mí sí, porque todo lo que no llego a entender lo quiero pasar por el filtro de mi razón. Y llegado el caso de no entenderlo lo pongo en duda. Y observo que eso mismo ocurre a otras muchas personas, por no decir a casi todas.

Es de sentido común rechazar todo aquello que no entra en nuestras cabezas. Sin ir más lejos, el otro día escuchaba una conversación donde se ponía en duda la encarnación. No entra en la cabeza que por obra del Espíritu Santo... No se cree en el Espíritu porque para eso hay que fiarse y confiar. Es decir, tener fe. 

María nos alumbra y nos da ejemplo de eso. Pues bien, volviendo a lo que decía, intervine reflexionando lo siguiente: "Todos creemos en un Creador al que llamamos Dios. Pues bien, si ese Dios ha creado las maravillas de este mundo que todavía no llegamos a comprender ni a entender sus misterios, ¿no puede, ese Dios, hacerse hombre de la manera que le parezca?"

Supongo que a Zacarías le ocurrió lo mismo. Nada extraño ni sorprendente que así fuese, pues, por lo menos a mí, me ocurre lo mismo. Sin embargo, Zacarías aceptó la penitencia del silencio y aguardó su cumplimiento, y sin entender nada se abandono en manos del Señor su Dios. La Misericordia del Padre Dios se hace presente perdonando todos nuestros desaires y desconfianzas, y dándonos la oportunidad de recapacitar y reconocerle como Señor y Dador de vida.

Pidamos al Padre, en estos próximos días a la Navidad, que nos fiemos de su Palabra, y como María y José seamos fieles a las promesas de nuestro Padre Dios. Amén.