lunes, 31 de octubre de 2022

NO BUSQUE EL INTERÉS Y LA RECOMPENSA

Parece lo normal y lo que todos buscamos: Hacer las cosas buscando una compensación. Me interesa ser amigo de esta persona porque me puede ser beneficioso. Sin embargo, de esta otra muy poco voy a conseguir y, en consecuencia, no le doy importancia a su amistad. Al parecer nuestra vida se mueve en esas coordenadas del interés.

Y, posiblemente, los favores que haga vayan también en esa línea. Pongo interés en ayudar a aquel que luego me pueda ayudar a mí. El Evangelio de hoy lunes – Luca 14, 12-14 – nos habla de eso, de nuestro interés en corresponder a quien, luego, me pueda corresponder a mí. Y eso no es caridad, sino más bien trueque. Hago esto para obtener, más tarde, algún interés.

No necesitamos preguntar ni acudir a un maestro de la Ley, ni tampoco a algún erudito intelectual. Sabemos que cuando actuamos por interés no estamos actuando por caridad. La caridad – el amor – es caridad cuando se da gratuitamente y sin ninguna esperanza de recibir nada. Jesús lo deja muy claro cuando dice: «Cuando des una comida o una cena, no invites a tus amigos…

Ahora, será muy fácil ver y comprender que tipo de caridad hacemos. Y, también, fácil de tratar de ponernos en manos del Señor y pedirle que nos de la Gracia de transformar nuestro corazón en un corazón generoso y disponible a darse con verdadera caridad. Eso es ya más difícil. ¡No para Dios, nuestro Padre!, pero sí para nosotros. Sin embargo, con y junto a Él podemos ir transformando y dándonos gratuitamente.