viernes, 20 de octubre de 2023

LA LEVADURA DEL ESPÍRITU

Tienes dos opciones decisivas en tu vida: una, dejarte guiar por las seducciones que el mundo te presenta, el poder, el dinero, los placeres y la buena vida; otra, abrir tu corazón a la acción del Espíritu Santo y dejarte llevar por sus impulsos y sus acciones. La primera ya la conoces por los que antes que tú la han vivido. El final es siempre el mismo, la muerte. ¿Qué pasará después?

Esa es la cuestión y lo único verdaderamente importante. Es evidente que en la primera opción puedes esconder tus debilidades, tus fracasos, tus pecados y malas intenciones, pero de nada te vale. Sabes también como yo que al final todo emergerá y saldrá a la luz. Y luego vendrá la decisión importante, ¡la más importante! Vida plena y eterna en gozo y felicidad, o vida eterna en remordimiento, sufrimiento y dolor.

Jesús lo deja muy claro en este Evangelio de hoy: (Lc 12,1-7): En aquel tiempo, habiéndose reunido miles y miles de personas, hasta pisarse unos a otros, Jesús se puso a decir primeramente a sus discípulos: «Guardaos de la levadura de los fariseos, que es la hipocresía. Nada hay encubierto que no haya de ser descubierto ni oculto que no haya de saberse. Porque cuanto… Termina de leerlo y decide tu camino.

Vale la pena, incluso se es más feliz, caminar con la cabeza alta y despejada de toda oscuridad e hipocresía. Eso no significa que tu vida no esté llena de tropiezos, fallos, pecados… pero siempre dispuestos al arrepentimiento, al perdón y a cambiar el rumbo de tu vida, por amor, hacia el amor, valga la redundancia, y el bien. Esto significa que aunque el camino sea en muchos momentos duro, ingrato, exigente, y contagiado de levadura farisaica, estemos abiertos a la conversión y al amor misericordioso.