jueves, 17 de febrero de 2022

UN SUFRIMIENTO IRREMEDIABLE

 marcos 8, 27-33

Nadie quiere sufrir. Es más, tratamos de evitar el dolor y sufrimiento. Sin embargo, la experiencia nos demuestra que el dolor y sufrimiento, por mucho que queramos eludirlo, está presente en nuestra vida. Tarde o temprano llegará a nuestra vida. Todos tenemos épocas o momentos – en nuestra vida – de dolor, llanto y sufrimiento. Ahora, la diferencia está en aceptarlo con amor y esperanzados en el Señor.

Es evidente que Jesús también sufrió, y cargó con el dolor de todos. Aceptó su muerte de cruz y entregó, padeciendo y sufriendo, su desgarrado dolor en la cruz por todos nosotros. Es, a partir de ese momento cuando es proclamado Mesías. Un Mesías que expresa y manifiesta claramente que su arma y poder de victoria es el Amor. No es un Mesías que, incluso, los apóstoles esperaban y se imaginaban. Un Mesías de poder y fuerza que arrasara y venciera a todos los que se oponían y enfrentaban a Él. Nada de eso, es el Mesías del Amor.

 He ahí la clave, ese es el momento, cuando pasa por la cruz y, posteriormente la Resurrección cuando es aclamado Mesías. El Mesías enviado por el Padre. Un Mesías que entrega su Vida y, por Amor, vence al pecado y al mundo. Es evidente, diremos con el centurión: Verdaderamente, este hombre es el hijo de Dios”.