miércoles, 21 de julio de 2021

EL ÉXITO DE DAR FRUTOS DE AMOR

 

Hay dos clases de éxito, el éxito que se queda en ti mismo y te ensoberbece y te da fama y "aparente" alegría, y el éxito que sale de ti, te hace generoso y humilde dándose a los demás en verdaderos frutos de amor. De las dos clases de éxito, la segunda es la que da frutos verdaderos, buenos, llenos de bondad y amor. Frutos que alivian la vida, dan verdadera y real alegría y de esperanza. 

Dios ha sembrado en tu corazón la semilla de donde nacerán tus talentos y te pedirá - de una manera plena - que los pongas al servicio de los demás. No quiere que guardes nada para ti. Su Voluntad es que entregues todo lo recibido gratuitamente también gratuitamente. Ya sean treinta %, sesenta % o el cien %. Te lo pide todo porque, Él se ha dado todo.

Es indudable que la bondad de tus frutos dependerá del cultivo que, con tu tierra, tú hagas. Eres libre y puedes cultivar la buena tierra de tu corazón según la Palabra y Voluntad de Dios, y, abonarla con la Gracia de los Sacramentos, especialmente la Reconciliación - Penitencia o confesión - y Eucaristía.

Es obvio que todo depende de Dios, pero, también Dios ha querido que tú colabores y te ha dado libertad para ello. Luego, cuidar, preparar y abonar la tierra - tu corazón - es cosa que también Dios ha dejado en tus manos. Por tanto, dependerá del camino que tomes para que tus frutos sean verdaderos frutos de amor. Y, el mejor camino es seguir ese Camino, Verdad y Vida que Jesús te ofrece con su Palabra y con su Vida.