jueves, 12 de mayo de 2022

LAVATORIO DE LOS PIES

 

Lavar los pies es signo de humildad, de abajamiento, de ponerse en la escala más baja del servicio. Jesús hace ese gesto como signo de humildad y de que ha venido a servir, no a ser servido. Y es, precisamente, ese gesto del lavado de los pies a los apóstoles con el que Jesús se empequeñece y se hace esclavo para servir. Y, haciéndolo, Él nos invita también a nosotros a hacer lo mismo.

Amar es servir y cada servicio, por amor, es un abrazo a un sí como respuesta a hacer la Voluntad de Dios. Experimentamos, sorprendentemente, que la solución de un mundo en paz pasa por ahí, el servicio mutuo, que está contenido en el amar como Jesús nos ha amado y nos ama actualmente. Porque, no está muerto, sino que Vive, pues ha Resucitado. Sin embargo, contradictoriamente, el mundo rechaza esa propuesta de servicio por amor.

Jesús avisa, anticipa lo que va a suceder y nos lo deja claro:(Jn 13,16-20): Después de lavar los pies a sus discípulos, Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: no es más el siervo que su amo, ni el enviado más que el que le envía. Sabiendo esto, dichosos seréis si lo cumplís. No me refiero a todos vosotros; yo conozco a los que he elegido; pero tiene...