miércoles, 28 de julio de 2021

UN TESORO ESCONDIDO

 

No cabe ninguna duda que el gran Tesoro de nuestra vida está escondido, pero, no por eso lejos de nosotros sino, todo lo contrario, muy cerca. Posiblemente, el estar tan cerca nos puede desorientar y no verlo. Buscamos ese Tesoro en el mundo y, por supuesto, no lo encontramos. No lo encontramos porque no está en el mundo. Ese campo, donde permanece escondido el gran Tesoro, es nuestro corazón. Y es en él donde tenemos que buscarlo.

Indudablemente, está muy bien escondido porque no lo vemos ni lo descubrimos. Miramos para el mundo y buscamos esa felicidad eterna en las cosas que el mundo nos ofrece, y ahí no se encuentra ese Tesoro buscado y deseado. La avaricia, la soberbia, la riqueza, el poder y los placeres se encargan de poner tierra por medio para que no veamos el lugar donde está nuestro Tesoro. Y nos empecinamos en seguir buscando en las cosas que nos ofrece este mundo.

Nos cuesta encontrarlo y darnos realmente verdadera cuenta de lo que significa el Reino de Dios. Y es que encontrarlo no es simplemente darte cuenta de donde está, sino renunciar a esa vida de egoísmo, de placer y de pensar solo en ti. Encontrar ese Tesoro te exigirá un cambio de actitudes en tu vida y te moverá a tomar riesgos que no sabrás a donde te llevan, pero, tras las aparentes tormentas y peligros, vendrá la calma, el gozo y la felicidad que te decidirá a vender todo los que tienes para compara ese hermoso y gran Tesoro.