viernes, 26 de enero de 2024

EL TIEMPO ES NECESARIO PARA QUE LA FRUTA MADURE

Tiempo, paciencia y perseverancia son características imprescindible para que la semilla germina y dé frutos. Nunca podrás cambiar los acontecimientos de tu vida porque en tu temprana edad tus pensamientos son diferentes a los que tengas cuando tu mente madure. Tus reacciones serán a una edad diferentes a otra. De esa consecuencia nace ese refrán: «si yo tuviera el conocimiento que tengo ahora mi vida sería diferente».

El plan de tu vida está en el pensamiento de Dios y nada podrá cambiarla. Ahora, tus decisiones serán determinantes a pesar de que Dios sepa su resultado. Se te ha dado libertad para que seas tú quien realmente cultives tu semilla y la proveas de buena tierra, la abones bien y la riegues con el agua de la Gracia para que tus frutos sean buenos y estén en la dirección de la Voluntad de Dios.

Posiblemente no te darás cuenta, los resultados se ven y se entienden al final, pero tu vida ira desarrollándose según tú vayas trabajando en ella. Pregúntate cómo vives y examine tu capacidad de amar en el servicio y bien de los demás. Mírate en tu relación con los más desfavorecidos, los más vulnerables y débiles, y pregúntate como te relacionas con ellos: ¿los escuchas?; ¿tratas de ayudarles y servirles para su bien?; ¿te preocupan y deseas ayudarles?

En la medida que tu vida, también la mía, vaya en esa dirección, tu semilla irá también creciendo y madurando hasta dar buenos frutos. Y, casi sin darte cuenta, entenderás que así es el Reino de Dios, un Reino de amor y misericordia donde experimentarás un gozo y felicidad inimaginable y eterno.