viernes, 7 de junio de 2024

UN CORAZÓN, SEÑOR, COMO EL TUYO

No hay cosa que más grande hace al hombre que su capacidad de amar. Es el amor lo que engrandece al hombre y es, precisamente, el Amor lo que define a nuestro Señor Jesús. De tal modo que este mes de junio está dedicado de manera especial al Sagrado Corazón de Cristo, el Señor.

Y es realmente sintomático que lo que se destaque del Señor sea su Corazón. Un Corazón afable, paciente, tierno, bondadoso, manso, benigno y misericordioso. Un Corazón del que todos recelamos y queremos poseer. Porque, esa es la primera impresión que recogemos y tomamos de Jesús: su gran capacidad de amar. Y eso es lo que nos admira y maravilla de Él. De ahí la autoridad de su Palabra y la admiración que toda su Vida y Obra desprende. Todo en Dios queda reducido a una palabra: «Amor».

«Y nos lo imaginamos como el Corazón que nos muestra su Hijo, nuestro Señor Jesús: inagotable en su compromiso con nosotros, en su paciencia histórica, en su poder de resiliencia y en su empatía final. Imposible imaginar un Amor mayor. Por eso, además de grande, es divino» (comentario de Francisco José Ruiz, SJ).