Esa es la clave,
despojarse de toda atadura que pueda esclavizarte y hacer que dependas de ella.
Porque solo se puede depender de Dios. Sólo Él basta. No se puede servir al
dinero, a la fama, al poder, a la ambición a la…etc. y al mismo tiempo a Dios.
El primer paso para seguir al Señor es la disponibilidad total, y si no estamos
en esa actitud nuestro seguimiento no es pleno.
Por tanto, se hace
necesario un ejercicio de renovación constante que se concreta en la escucha
diaria y reflexión del Evangelio. Es la Palabra de Dios la que nos guía y nos
va habilitando nuestra total disponibilidad para la entrega, para el servicio y
todo por amor. Porque, el amor es gratuito. De no serlo deja de ser amor.
El mandato del
Señor expresado en el Evangelio de hoy miércoles descubre y revela esa disponibilidad
y entrega apoyada en la fe de su Podre y Amor Misericordioso: (Lc 9,1-6): En
aquel tiempo, convocando Jesús a los Doce, les dio autoridad y poder sobre
todos los demonios, y para curar enfermedades; y los envió a proclamar el Reino
de Dios y a curar. Y les dijo: «No toméis nada para el camino, ni bastón, ni
alforja, ni pan, ni plata; ni tengáis dos túnicas cada uno. Cuando entréis en…
No se trata de
bienes de confort sino de supervivencia, de aquellos que nos dejan a merced del
Amor de nuestro Señor; de aquellos que descubren la medida de nuestra fe y que
dejan visiblemente nuestra confianza y apoyo sólido y firme en el Señor.
Porque, solo esa experiencia de vivir despojado de todo y apoyado en el poder
del Señor nos irá mostrando nuestra fe firme en Él.
Ese poder de
expulsar demonios y curar enfermedades nos fortalecerán para que cada día
podamos luchar y salir victoriosos frente a los demonios que nos asaltan y nos
tientas con las dudas, miedos, futuro y desconfianza. Así podemos derramar en
los demás ese perfume de amor misericordioso que cura y fortalece toda dolencia
y esperanza.