martes, 16 de julio de 2024

PECADOS DE OMISIÓN

Posiblemente no nos damos cuenta pero, ¿hemos pensado alguna vez la cantidad de cosas que hemos dejado de hacer, y el bien que podíamos haber hecho? Igual no nos hemos dado cuenta pero, sí que hemos advertido que en algunos momentos concretos podíamos hacer más de lo que hemos hecho. De cualquier forma la pregunta está hecha: ¿Somos conscientes del bien que dejamos de hacer?

Es evidente que hemos recibido unos talentos, y no los hemos recibido para enterrarlo, sino para ponerlos a rendir en beneficios de los que lo necesitan. Eso es lo que sucedió en esas ciudades – Corozaín y Betsaida – que tras haber presenciado y escuchado la Palabra y Obras del Señor no reaccionaron ni respondieron a ella. Podemos leer cual fue la respuesta de Jesús: (Mt 11,20-24) «¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que en sayal y …

¿Se nos ocurre a nosotros preguntarnos sobre esa misma cuestión. Hemos oído la Palabra de Dios, y sabemos de sus milagros, pero ¿respondemos a su llamada? ¿Reaccionamos responsablemente y nos comprometemos a responder a la Palabra que el Señor nos ha anunciado? Posiblemente dejamos mucho que desear, al menos yo. Pero creo firmemente en la Infinita Misericordia de nuestro Padre Dios y en su Gracia, para que asistido en el Espíritu Santo pueda ir mejorando y respondiendo a lo que el Señor espera de mí.

NTRA. SEÑORA DEL CARMEN 

Por otro lado, hoy, día en el que celebramos la festividad de la Virgen de Ntra. Señora del Carmen, doy gracias a Dios por darnos como Madre a su también Madre, Ntra. Señora la Virgen María, que hoy bajo la advocación de la Virgen del Carmelo celebramos su festividad como Madre de todos los marineros y gente del mar.

Y no podemos olvidarnos de todos aquellos que buscando, o engañados por los que usan sus situaciones de pobreza y desespero, un lugar donde poder vivir, cruzan los océanos Atlántico y Mediterráneo a riesgos de perder sus vidas. ¿No se pueden evitar todas esas muertes? ¡Madre del Carmelo, protégelos! Amén.