martes, 2 de abril de 2024

NO HAY MOTIVOS PARA ESTAR TRISTES, Y MENOS PARA LLORAR

Seguramente no costará comprenderlo, y más todavía controlar nuestro llanto y tristeza. Pero, ¡ya no hay motivo! ¿Es que no nos hemos dado cuenta? La muerte, nuestra azote y miedo ha sido vencida. Ya no debes asustarnos, si bien es necesario que tengamos que sufrir el dolor de la enfermedad y la separación, pero no para quedarnos en ella sino para nacer a la Vida de la Gracia, la Vida Nueva que nos llenará de dicha y alegría.

¡Jesús ha Resucitado!, y eso significa que también todos los que crean en Él resucitaremos para vivir la dicha de ser felices y bienaventurados eternamente. Porque, solo en Él está contenida toda nuestra felicidad eterna. Sin El nunca seremos felices y ese es el único y verdadero temor que debemos tener. Separarnos del Señor es entregarnos al mundo, demonio y carne, quedar sometido y esclavizados al pecado, dolor y sufrimiento.

Dios, nuestro Padre, nos hace libes, dichosos y felices para la eternidad. Pero antes tenemos que pasar por nuestra propia cruz. Jesús, el Hijo de Dios, nos lo ha señalado y testimoniado con su Vida y Obras. Y, precisamente, la Cruz, donde Él ha entregado su Vida, nos libera de la esclavitud del pecado, nos devuelve la libertad y dignidad de hijos de Dios y nos da Vida Eterna. Amén.