miércoles, 4 de marzo de 2020

LA FE NOS INVITA A CREER

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Lc 11,29-32
¿Que esperamos, algún signo o milagro para creer? ¿Acaso merecemos que Jesús nos haga milagros o nos dé signos para que creamos? ¿Qué méritos tenemos para recibir tan alto honor? ¿No se nos ha dado todo gratuito? ¿Y, encima, exigimos derecho a ver el poder de Dios, del que hemos recibido todo? Pues, nada se nos dará sino la Persona de Jesús, tal y como ocurrió con los ninivitas con Jonás.

La realidad es que no merecemos nada y menos la Misericordia de Dios. Jesús se niega a darnos más signos que el de su propia Persona y su Palabra. Simplemente nos propone la Vida Eterna, esa vida que, dentro de nosotros, palpita por ser feliz y gozar eternamente de esa felicidad. Y, para eso nos propone con su Palabra y con sus Obras la propuesta de su Padre: Nos ama y quiere compartir con todos su Vida Eterna plena de gozo y felicidad. ¿Te apuntas? Deja en tus manos la decisión y para ello te ha dado la capacidad de decidir por ti mismo.

Simplemente te pide tu confianza y tu fe en Él. Te propone que te fíes de su Palabra, tal y como se fiaron los ninivitas de Jonás que fue un signo para ellos. Y Jesús te pide que Él sea también el Signo de la salvación para ti. El Único y verdadero Signo que salva y que viene enviado por el Padre. Jesús es el Señor que nos anuncia la Buena Noticia de Salvación y, para ello, entrega su Vida en la Cruz por la nuestra y Resucita para Gloria de Dios.