miércoles, 23 de junio de 2021

POR SUS FRUTOS LOS CONOCERÉIS

 

Siempre han existido aquellos que se esconden detrás de la mentira y la mala intención del engaño. Son los llamados lobos con piel de ovejas, que, aparentando ser dóciles, buenos y bien intencionados, esconden mentiras, engaños y malas intenciones. Digamos que es la presencia del pecado que está presente en nuestra vida y que trata de apartarnos de nuestro Padre Dios. El pecado original que busca estropear el árbol bueno sembrado en nuestro corazón para dañarlo y que sus frutos sean malos.

Desde esa realidad entenderemos mejor la Gracia recibida en nuestro bautismo. Limpia ese pecado y nos salvaguarda de que nuestra siembra sea estropeada. Sin embargo, la madurez y la dureza de la vida nos someten a sufrir esas tentaciones que nos seducen y ponen en peligro nuestra cosecha. Urge, entonces, saber dónde está el peligro y cómo podemos librarnos de él. Para nuestro auxilio y defensa tenemos al Espíritu Santo - recibido en nuestro bautismo - que nos acompaña y nos asiste y fortalece.

¡Cuidad, mucho cuidado! Debemos distinguir quienes esconden su voracidad maligna y quienes son inofensivas y bien intencionadas ovejas. Quienes tratan de destruirnos engañando su aparente buena intención, y quienes realmente transparentan su buena intención. Y nada mejor que abrirnos y dejarnos guiar por el Espíritu Santo que busca nuestro bien y nos fortalece y prepara para que nuestra labor se traduzca en buenos frutos. Frutos que, tarde o tempranos saldrán a flote y emergerán llenos de bondad y de buen sabor a gozo y felicidad. 

Tengamos confianza y fe en que, injertados en el Espíritu Santo - recibido en nuestro bautismo - podemos esquivar y descubrir esa presencia de falsos lobos que tratan de estropear nuestra cosecha de buenos frutos.