martes, 7 de febrero de 2023

LA LEY, MANZANA DE DISCORDIA

Surgen diferencias entre Jesús y los lideres religiosos de su época. Al parecer prima más la tradición que el amor y la misericordia de la que habla Jesús en nombre de su Padre. El hombre busca lo cómodo, su propio egoísmo. Es la consecuencia de la raíz del pecado y, seducido por él, se agarra a sus tradiciones terrenales nacidas del hombre. Todo queda reducido al cumplimiento de unos ritos que, con el tiempo quedan vacíos y sin sentido.

El hecho de lavarse las manos implica una medida de higiene pero nada más. ¿Cómo se puede relacionar la limpieza de corazón con la limpieza corporal? ¿No son las intenciones del corazón las que marcan la buena intención de un acto? Luego, ¿a qué viene todo lo demás: lavar manos, vasos, copas, jarras, ollas…etc. Y así un sinfín de costumbres tradicionales impuestas y agregadas por el hombre.

¿No nos damos cuenta de que el anuncio de Jesús se fundamenta en el amor y la misericordia de nuestro Padre Dios? ¿Acaso no ha dicho Jesús otra cosa? ¿No advertimos y descubrimos que somos hijos de Dios y llamados al gozo eterno en su Gloria por su Infinito Amor Misericordioso’ ¿En qué época estamos? ¿A qué jugamos? ¿Acaso no hemos advertido que el mundo, demonio y carne quieren seducirnos y aborregarnos sometiéndonos a sus leyes egoístas?

Un mundo globalista dominado por los poderosos de hoy – fariseos y escribas de hoy – que quieren imponer sus leyes y destruir las que vienen de nuestro Padre Dios. Para ello se han propuesto aislar al hombre, destruir la familia y dictar sus leyes. ¿Y cómo lo están haciendo? Satisfaciendo nuestros apetitos carnales y consumistas para despistarnos, enfrentarnos y debilitando nuestra capacidad de discernir, de decisión, de libertad y aborregándonos como ovejas en un redil.

¿Nuestra esperanza? Lo sabemos, y a Él podemos acudir en y con la confianza de ser escuchados y liberados. Jesús es el Buen Pastor que nos da lo que realmente buscamos, el gozo eterno junto nuestro Padre Dios.