jueves, 6 de octubre de 2022

LA LLAVE ES EL ESPÍRITU SANTO

Lc 11,5-13

Lo verdaderamente importante es abrirnos a la acción del Espíritu Santo. En Él tendremos todo lo que necesitamos para alcanzar nuestra salvación. Es cierto que muchas veces no lo entendemos o no vemos los resultados de nuestras peticiones como esperamos, pero esa es la prueba de nuestra fe, sostenernos en la perseverancia, en la insistencia y en la confianza de que Dios es nuestro Padre y, por tanto, nos escucha y nos dará, no lo que le pidamos, sino lo que realmente necesitamos y nos hace bien para alcanzar nuestra salvación.

Sin darnos cuenta hacemos de nuestro Padre Dios una caja mágica de soluciones. Le pedimos por las necesidades que se nos van presentando y las que nosotros deseamos y nos olvidamos de las que realmente necesitamos y nos ayudan a crecer. Incluso, pensamos en nosotros mismos sin percatarnos de que tenemos familia, hermanos de sangre y hermanos en la fe.

Quizás hemos de aprender a pedir. Partimos de que nuestro Padre Dios nos invita, así nos lo ha revelado Jesús, a que le pidamos y a que seamos insistentes y perseverantes. Pero, no se trata de pedir para tener sino pedir para ser mejores hijos y solidarios en el amor a todos los necesitados y débiles. En definitiva, lo importante es pedir para que podamos vivir en su Palabra y Voluntad en el amor. Eso es lo importante porque sus consecuencias serán buenas para todos.

Y nuestro Padre que sabe lo que realmente necesitamos nos lo dará con creces para que podamos y sepamos recorrer el camino que nos lleve a su Casa. Esa debe ser nuestra oración, una oración que busca el bien de todos, pero el bien eterno en la presencia de nuestro Padre Dios.