miércoles, 29 de abril de 2020

DESCUBRE A DIOS EN LO PEQUEÑO

Lời nguyện chung Chúa nhật XIV thường niên A
No te afanes en buscar en las grandes historias ni en los altos intelectos. La sabiduría de Dios está en las cosas pequeñas y, por supuesto, en los hombres humildes y pequeños. Pequeños en poder y riqueza que no les permite ensoberbecerse ni en moverse con una actitud arrogante y suficiente. Dios ha querido manifestarse en lo más bajo y pequeño tomando la humildad como su signo más visible.

Su vida aparece dentro de una familia humilde y viene a este mundo en un establo, apartado de toda riqueza, lujo y rodeado de la sencillez que rodea y destaca en los más pobres. Su vida se moverá dentro de la sencillez, el trabajo y la humildad. Y es, precisamente, en esa gente sencilla y pobre donde Dios, a través de la Palabra del Hijo, derrama su Sabiduría y su Verdad. Repetidas veces nos descubre que su intención es venir a salvar a los pecadores, y los pecadores se encuentran en la gente más marginada, más carente de todo lo necesario y, por supuesto, en los más pobres y pequeños.

Porque, son esos, los pequeños, los más necesitados de salvación y lo que, por supuesto, más se abren a las enseñanzas y anuncio de la Palabra de Dios. No hace falta desarrollar más esta afirmación porque la hemos experimentado y vivido por nosotros mismos. Y, porque a lo largo de toda la historia así se ha manifestado. Los grandes y poderosos siempre han cerrado sus corazones a la Palabra de Dios.

La altura de Dios, decía San Agustín, hay que comprenderla desde su bajura. Es decir, para entender la grandeza de Dios, hay que comprender primero su bajura, su pequeñez, su despojo, a sí mismo, tomando forma de siervo y hecho igual a los hombres... - Filipenses 2, 6-11 -  y estando en esa condición de hombre se humilló a sí mismo haciéndose obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por lo tanto, quienes siguen al Señor y le buscan, tendrán que hacerlo en lo pequeño, en lo humilde y en los pobres y sencillos.