domingo, 13 de octubre de 2019

APRENDER A VALORAR

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Lc 17,11-19
A lo largo de tu vida llegas a pensar que todo lo que tienes lo mereces y tienes derecho a ello. Te olvidas, incluso, de los que como tú, y con los mismos derechos, apenas tienen lo necesario para vivir e incluso muchos carecen de ello. Pero, tú te muestras indiferente a sus situaciones y sufrimientos. Ni siquieras te preguntas que tú podías estar en su lugar, haber nacido en otra familia carente de recursos o en otro país donde reina el hambre y la pobreza. O simplemente padecer un grave enfermedad.

La vida es un don de Dios. Incluso, en los momentos y situaciones de sufrimientos, porque siempre será un tiempo y camino de salvación cuando se valora como un don y regalo de Dios, pues lo definitivo e importante no es este período de tiempo, al que llamamos vida, sino la actitud y la forma de como lo gastamos. Precisamente, hoy el Evangelio nos muestra como sólo uno de aquellos diez leprosos reconoce la acción gratuita y milagrosa del Señor al curarlo, y se vuelve a alabarle y darle gracias.

Y, precisamente, es un samaritano, un extranjero quien recibe agradecido la compasión de nuestro Señor. Y los otros nueve, que son judíos, ¿se creen con derecho a ser curados? También nos puede estar pasando lo mismo a nosotros y nos preguntamos, ¿nos creemos con derecho a ser curados? Realmente, ¿tenemos derecho y exigimos que nos solucionen nuestro problemas y enfermedades y hasta que nos salven? Porque, nuestra manera de actuar parece indicar que estamos más en esa actitud que en la de aquel samaritano.