miércoles, 20 de diciembre de 2023

EL ÁNGEL ANUNCIA A MARÍA SU ELECCIÓN PARA SER LA MADRE DE DIOS.

No hay otra alternativa, el Misterio de la encarnación de Dios se anuncia en el lugar banal de la Galilea de los gentiles, de donde los judíos piadosos no esperan que pueda salir  nada bueno. Nazaret es el sitio y la destinataria del anuncio una mujer joven, virgen todavía, que ignora sin dudar y pregunta sin desconfiar. Características inconfundibles e imprescindible de la fe que identifica al ser cristiano.

María, a pesar de lo inesperado del anuncio y de no entender como se puede realizar, no duda de la palabra de Dios ni tampoco de la del Ángel. Es verdad, no sabe ni entiende como se puede realizar. Incluso no conoce varón y pregunta sin desconfiar. Sin embargo, se fía plenamente y se ofrece como la esclava del Señor.

Desde esa actitud de María podemos sacar muchas lecciones para la fortaleza de nuestra fe, si realmente la tenemos. No solo para fortalecerla sino para  acrecentarla, potenciarla y aumentarla. Darle naturaleza a ese grito de: ¡Señor, auméntanos la fe!

María nos ayuda a hacer una introspección en nuestro corazón y ver realmente hasta donde llega nuestra fe. Mirarnos con esa mirada que nuestra Madre nos regala de confianza y de esperanza en la Palabra de nuestro Padre Dios.

También a nosotros nos llama y nos llega la Palabra de Dios. Posiblemente con otras misiones muy diferentes a nuestra Madre, pero en la misma línea de salvación y de amor misericordioso. El Señor cuenta con todos nosotros y nos pregunta si realmente queremos estar  con Él y seguirle. Nos pide, como a su Madre, María, que creamos y nos fiemos del Él. ¿Estamos dispuestos?