lunes, 14 de febrero de 2022

TODO DEPENDE DE TI

Es cierto que eres una gota en el océano. Una simple gota que impulsada por el viento y, envuelta en una ola, eres arrojadas a la roca o a la arena de la playa, donde quedarás abrazada y evaporada en un instante por el ardiente sol. Tu vida ha sido eso, un navegar por la inmensidad del océano hasta llegar a la orilla y quedar abrazada por el sol o absorbida por la arena.

Pero, simple y pequeña, formas, quieras o no, parte de ese océano. Océano que está formado por ingente billones o trillones de gotas como tú. De la misma manera, tú- también yo – formamos parte de este mundo. Dios, nuestro Padre y Creador, ha querido que formáramos parte de este mundo «igual como si de una gota de agua se tratara». Y, lo lógico y de sentido común es que si estamos en él es para algo. Formamos parte de él y tendremos una misión que hacer. Al menos vivir y dar todo ese amor que interiormente sentimos y tenemos dentro de nosotros. Porque, nuestra característica esencial es el amor. Venimos del Amor y vivimos en plenitud cuando realmente amamos como nuestro Creador.

Todos aspiramos a un mundo en paz, en verdad y justicia. Un mundo donde la fraternidad y el amor reinen como verdad y justicia. Todos deseamos la paz, y eso lo notamos en los innumerables intentos de paz que vemos que se realizan entre las Instituciones, Gobiernos y autoridades que dirigen este mundo. Sin embargo, no hacemos todo lo que podemos y debemos hacer. Sometidos por el pecado quedamos a merced del mundo, demonio y carne. Nuestras propias debilidades y flaquezas son seducidas por esas ofertas de falsa felicidad con las que el mundo, el demonio y nuestra propia carne nos tientan. Tratan de desviarnos del verdadero camino.

Por eso, la mies es mucha, tal y como dice el Evangelio, y se necesitan obreros para dar a conocer esa Buena Noticia que vive dentro de todo corazón humano. Es por eso, porque tú y yo hemos sido creados libres, por lo que todo dependerá de nuestra respuesta.