martes, 14 de febrero de 2023

CAMINO DE POBREZA QUE TE DA LIBERTAD

 Es evidente que quienes vivimos apegados al dinero experimentamos esclavitud que nos impide actuar con libertad. Nos cuesta dar y darnos y nos sentimos dominados y sometidos por el egoísmo de poseer dinero, riqueza y poder. Porque, presuntamente, el dinero inclina al poder. Y el poder despierta tu soberbia y orgullo de querer imponer tus decisiones, pensamientos y verdades, que realmente no es la verdad.

En esa actitud no se puede seguir a Jesús, y menos llamarse cristiano. Un discípulo de Jesús tiene que experimentarse libre y despojado de toda esclavitud que le imponga dudar ante la verdad, la justicia y el amor misericordioso. Y eso lo provoca el dinero y, en consecuencia muchas cosas más. Por el contrario, la pobreza despierta tu necesidad de tu propia impotencia y la asistencia de un Padre Infinito que pueda ayudarte y darte luz para el camino de tu vida.

Sí, evidentemente se hace necesario caminar despojado de todo sentimiento de riqueza y poder de este mundo y hacerlo libre y abandonado en manos del Espíritu de Dios que nos asiste desde la hora de nuestro Bautismo. E ir acompañado para que la presencia de Dios se haga presente en el compartir diario con el amigo y hermano en la fe que nos asiste y en el que nos apoyamos en los momentos de nuestras propias flaquezas.

Se hace necesario sentir el aliento y la presencia de nuestro Padre Dios en nuestro camino y su providencial actuar en nuestras necesidades, apuros y situaciones difíciles que se nos puedan presentar. Él está presente, y no precisamente de brazos cruzados. Sabe de nuestras capacidades y nuestros talentos y el pone lo que falta. Es un gozo saber que cuando intentamos algo bueno que está al alcance de nuestra capacidad, el Espíritu Santo pone lo que falta. Claro, siempre respetando la libertad y elección del que escucha.

Bien, solo elevar los ojos al Cielo y pedir que el Espíritu Santo siga en nosotros alumbrándonos el camino y dándonos fortaleza para que todos nosotros, dejándonos alumbrar y fortalecer, vivamos en esa actitud y estilo de vida que nos enseñó Jesús. Amén.