lunes, 19 de noviembre de 2018

VER PARA CREER


Resultado de imagen de Lc 18,35-43
Lc 18,35-43
Estamos ciegos y vamos por la vida con los ojos de la fe cerrados. Es verdad que vemos las maravillas de este mundo, pero no vemos al Creador. Y cuando digo no vemos me refiero a que pasa desapercibida tu presencia, Señor, ante las maravillas de este mundo que tú has creados. Sabemos o deducimos que alguien las ha tenido que crear, pero no queremos ver que has sido Tú, Señor. Incluso, nos gusta más dejarnos convencer por aquellos que elaboran teorías evolutivas como producto de un choque de energías que han dado vida a todo lo creado y a la vida, valga la redundancia, misma.

Todo es válido antes que reconocer tu Poder Creador, Señor. Caminamos con los ojos de la verdad muy bien cerrados y sumidos en la oscuridad más necia e ignorante. Por eso, necesitamos abrirlos grandemente para tratar de ver. Ver en verdad y justicia; ver que Tú, Señor, eres el verdadero y único Creador de todo lo visible e invisible. Verte, Señor, para poder seguirte.

Y tomamos conciencia que la vida misma nos nubla la vista. Estamos metidos en una inercia de la que cuesta mucho salir. No vemos la claridad de tu Palabra, y si llegamos a entenderla, no encontramos la fortaleza ni el camino para salir de ella. Necesitamos luz, Señor; mucha luz para ver y poder seguirte con firmeza y decisión. El mundo nos tiene atrapado y no encontramos la forma ni el camino para salir. Necesitamos tu Gracia y un espacio que nos libere y nos ayude a vivir en tu Voluntad y como Tú has pensado que debemos vivir para ser libres y poder amarnos como Tú nos ama.

Danos esa sabiduría y aumenta nuestra fe para encontrar ese ambiente y entorno que nos den la posibilidad de que Tú seas lo primero en nuestros corazones y, simultáneamente, los demás, considerándonos como hermanos, al ser todos tu hijos, seamos capaces de vivir con dignidad e igualdad de derechos, verdad y justicia.