No todo se realiza
inmediatamente y tiene sus efectos rápidos. Hay momentos, y diría que son los
más frecuente, que la luz necesita de tiempo y paciencia para irla viendo en
todos sus matices y colores. Creo que eso es lo que Jesús nos quiere decir con
la curación del ciego de Betsaida. Parece, y así se nos cuenta, que no ve de
inmediato. Jesús le pregunta y responde que ve hombres que parece árboles que
se mueven. Jesús actúa de nuevo y todo
se hace luz.
Da la sensación de
que Jesús espera nuestra disponibilidad y nuestra fe. Creer es saber esperar y confiar
que puesto en sus manos todo se solucionará para nuestro bien. Creer es dejarse
conducir y modelar por Jesús. Es encontrarse con Él y ponerse en sus manos. No
es fácil pero es nuestra mejor opción. Evidentemente, la luz vendrá después,
porque primero es la fe y tu entrega, y luego, la Gracia del Señor actuará transformándote.
Todos los que le
han seguido han dado primero este paso. Se han entregado tras tener un encuentro
con Él. Y luego ha sucedido que sus corazones han cambiado. Nos preguntamos,
¿estamos nosotros en esa actitud de buscar al Señor para dejarnos modelar
nuestro corazón dejándolo confiadamente en sus manos?
Posiblemente esa sea la pregunta que tendremos que responder. Pero no desmayemos ni desesperemos, sigamos adelante, perseverando y confiados que el Señor nos tomará. Todo depende de Él y está en sus manos. A nosotros nos toca insistir, perseverar, confiar y, eso sí, también esforzarnos. El Amor de nuestro Padre Dios y su Misericordia es Infinita.