martes, 23 de enero de 2024

UNA NUEVA FAMILIA UNIDA EN EL AMOR

Quienes creen en Jesús quedan configurados en una nueva familia. Una nueva familia unida, no por vínculos de sangre sino en el Espíritu Santo que viene a cada uno en el instante de su bautismo y nos une dándonos la categoría de hijos de Dios. Un Espíritu Santo que nos diviniza y nos hace hijos y hermanos de un mismo Padre.

Jesús lo deja muy claro con estas palabras: (Mc 3,31-35): En aquel tiempo, llegan la madre y los hermanos de Jesús, y quedándose fuera, le envían a llamar. Estaba mucha gente sentada a su alrededor. Le dicen: «¡Oye!, tu madre, tus hermanos y tus hermanas están fuera y te buscan». Él les responde: «¿Quién es mi madre y mis hermanos?». Y mirando en torno a los que estaban sentados en corro, a su alrededor, dice: «Éstos son mi madre y mis hermanos. Quien cumpla la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre».

Es evidente que quienes cumple la Voluntad de Dios quedan hermanados en el amor y misericordia que vienen del Señor. Porque nuestra semejanza con nuestro Padre Dios se esconde en el amor y misericordia con las que nos ama Él. Así también nosotros al esforzarnos en cumplir su Voluntad tratamos de amar como Jesús nos enseña y el Espíritu nos asiste y fortalece para que la concretemos en ellos amándonos misericordiosamente como hermanos. Y es eso precisamente lo que nos hermana fraternamente.