lunes, 29 de septiembre de 2025

REFLEJOS DE BONDAD

Jn 1, 47-51

    Hay personas que reflejan lo que son, basta mirarle a la cara para darnos cuenta de su bondad y de sus buenas intenciones. Podemos decir que son los ángeles de nuestro tiempo.
    —El mundo se sostiene —comentó Manuel— por la bondad de muchas personas. Me quedo maravillado de tantas buenas personas que hay.
    —Es verdad —dijo Pedro. Con tanta libertad es un milagro que este mundo no se convierta en una anarquía total.
    —He llegado a pensar —dijo Manuel— la de maldades que se haría si, en cada corazón humano, no estuviese sembrada la semilla del amor de Dios. En ellos se ve reflejados la verdad y la misericordia de nuestro Padre Dios
    —De cualquier forma —respondió Pedro— hay muchas trampas, engaños y tragedias.
  —Sin lugar a duda —agregó Manuel—, el mal acecha siempre, buscando cualquier resquicio.  Además, le favorece el mundo y nuestra propia débil carne.
    —Sin embargo, a pesar de todo eso, tal como dices, pocas cosas malas suceden.
    —Evidentemente, Jesús lo refleja y lo dice (Jn 1, 47-51), cuando, refiriéndose a Natanael, los retrata como una buena persona. Y, ante su asombro, le promete ver cosas mayores.

    Los ángeles se reflejan hoy en personas buenas, como Natanael, en quien Jesús reconoció a un hombre íntegro, sin engaño.
    Hombres y mujeres que dejan transparentar la veta divina que atraviesa la realidad y que se encarna en vidas confiadas, abiertas, generosas y entregadas.