Jesús no aparece
por arte de magia, sus orígenes se remontan a una generación cargada de
personajes históricos entre los que hay pecadores y pecadoras. José, su padre
adoptivo pertenece a la tribu de David, tal y como se dice en el Evangelio y se
había profetizado.
Tales orígenes
dejan demostrado la humanidad carnal de Jesús. El Hijo de Dios tomó naturaleza
humana y se hizo hombre como nosotros. Sus orígenes dejan de forma meridiana su
abajamiento a la condición humana, rebajándose y despojándose a sí mismo de tal
forma hasta el extremo de ser igual que a los hombres haciéndose obediente hasta
la muerte. Y una muerte de cruz.
Un Dios hecho hombre, y un Dios que tomando naturaleza humana, se hace Niño, nace en la humildad de una familia judía y pasa todo el camino natural de desarrollo hasta ser un hombre, donde empieza a proclamar la Buena Noticia del Amor Misericordioso que su Padre le envía a anunciarnos.