domingo, 31 de julio de 2022

CREADOS PARA SER FELICES Y ETERNOS

Lc 12,13-21
Parábola del rico insensato

No tiene sentido que nos hayan creados para, dándonos conocimiento y conciencia de nuestra existencia, acabar la misma con la muerte. Lo lógico, lo que tiene sentido es que hemos sido creados para ser eternamente felices. De modo que esta vida en este mundo sea un paso para ganar la otra. Un camino de amor que lleva sobre nuestros hombros la cruz del darse y compartir. Y, recorrido éste, damos paso a la Gloria Eterna en plenitud de gozo y alegría junto al Señor.

A través del Plan diseñado por Dios a lo largo del Antiguo y Nuevo Testamento, podemos ver la idea y el estilo que Dios nos propone y nos anuncia, en su Hijo Jesús, Nuevo Testamento, su idea con nosotros, sus criaturas preferidas creadas precisamente a su imagen y semejanza. Dios, nuestro Padre, nos quiere felices y eternos. Nos ha revelado que quiere compartir su Gloria con todos los hombres – sus criaturas – preferidas y amadas. Y, la prueba de todo ello es la entrega de su Hijo a una muerte de cruz por Amor. Un Amor Misericordioso que nos libra y rescata del pecado dándonos la dignidad perdida de hijos.

Por todo ello, tengamos muy en cuenta que todo lo de aquí abajo es pura vanidad. Nada importa si todo no va dirigido y encauzado a dar gracias a Dios. Si todo lo recibido y conseguido en este mundo no nos sirve para acercarnos y vivir en la Voluntad de Dios. En caso contrario, como el ejemplo de la parábola que Jesús nos expone en el Evangelio de hoy, todo es vano y no nos sirve para nada. Se queda todo en este mundo. Solo Dios importa y nos da plenamente esa felicidad eterna que buscamos.