sábado, 19 de junio de 2021

UN CORAZÓN DIVIDIO NO SE DA PLENAMNETE

 

Sabemos que un corazón dividido no se da plenamente. Siempre dudará y dejará de hacer por uno para hacer por otro. La fidelidad exige total entrega y, no siendo así se rompe con uno para darse a otro. Un ejemplo lo tenemos en el matrimonio. Falla porque el uno rompe su fidelidad al tener su corazón dividido o entregado a la pasión lujuriosa y a la satisfacción de su propio egoísmo.

Hay poco que discutir. Todo queda claro, no puedes tener el corazón dividido, porque dejarás a uno para servir o darte al otro. El Señor nos lo deja claro en el Evangelio de hoy: «Nadie puede servir a dos señores; porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al dinero. Por eso os digo: No andéis preocupados por vuestra vida, qué comeréis, ni...

Nuestro corazón está hecho para amar en verdad y fidelidad y si prescinde de lo que realmente sientes y experimentas dentro de ti, dejándote llevar por las apetencias y pasiones que el mundo y tu propia naturaleza humana y pecadora  te tientan y seducen, quedas como veleta al viento sometido a la voluntad a la que el mundo te va llevando. Por eso, Jesús, nuestro Señor, te recuerda hoy que no puedes servir a dos señores, porque, al final tendrás que responderte a ti mismo si estás con uno o con otro. 

Y, porque, lo que te pide uno no se corresponde con lo que te pide el otro. Por tanto, ¿a quién obedecer y seguir?