martes, 19 de noviembre de 2024

LA CURIOSIDAD DE ZAQUEO

Es evidente que muchas de las cosas que hemos conseguido se esconde detrás de nuestra propia curiosidad. Porque, la curiosidad nos ha empujado a emprender este u otro camino. Posiblemente, Zaqueo se subió a aquel sicomoro empujado por la curiosidad de ver a Jesús. Una curiosidad despertada por todo lo que había oído hablar de Jesús.

Quizás a nosotros no nos ocurre eso. Ni tampoco nos hemos preguntado quien es Jesús ni experimentamos curiosidad por conocerlo. En mi caso propio hay muchas cosas que no conozco de mi propio pueblo, ni siento curiosidad por conocerlas. En realidad no suponen nada importante en y para mi vida. Mis deseos de felicidad no pasan por conocer estas y otras cosas.

Sin embargo, la Persona de Jesús es diferente. De Él se dicen muchas cosas que me importan demasiado, hasta el punto de que, según lo que dicen de Él, mi felicidad depende de conocerle o no. Está en juego mi vida y mi felicidad. Y además, gozo eterno. Precisamente lo que más deseo. Por tanto, me interesa y siento gran curiosidad, como Zaqueo, por conocer a Jesús.

Y eso es lo que me he propuesto en mi vida: Conocer a Jesús, seguirle y tratar de vivir mi vida desde su Palabra, en el esfuerzo de hacer su Voluntad.