viernes, 4 de junio de 2021

ATRAPADOS EN LA ESCRITURA

 

No podemos vivir dejándonos atrapar por la Escritura, porque, hay muchas cosas que no llegamos a entender y otras que obedecen a un momento puntual, cultural e histórico del momento en que se producen. Y ambas escapan a nuestro entendimiento y, de quedarnos en ellas nos impedirían avanzar. Porque, la fe es un proceso de crecimiento en el que vamos avanzando poco a poco, salvo que Dios disponga otra cosa.

El plan de nuestro Padre Dios es un plan - valga la redundancia - que se realiza tras un camino que tiene a la perfección. La fe es un proceso que, como una semilla sembrada - Mt 13, 31-32 - según crece va alcanzado su perfecto desarrollo. Esta parábola puede servirnos de referencia y entendimiento.

Es notorio que Jesús, según su genealogía, viene de la estirpe de David, pero, en ningún caso eso significa que sea el hijo de David. En el Evangelio de hoy, Jesús lo deja claro: « ¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? David mismo dijo, movido por el Espíritu Santo: ‘Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies’. El mismo David le llama Señor; ¿cómo entonces puede ser hijo suyo?».

Lo verdaderamente importante es que Jesús es el Mesías prometido, encarnado, por obra del Espíritu Santo, en naturaleza humana en el vientre de María, su Madre. Y eso es lo que debe permanecer y quedarnos grabado en nuestros corazones.