martes, 12 de marzo de 2024

EL AMOR NO TIENE LIMITACIONES NI TIEMPO

Cualquier día, a cualquier hora y en cualquier instante le amor de Dios tiene presencia y realiza maravillas. Nada le es imposible y todo se contiene y realiza en Él. Quizás nos ocurre a nosotros, como se decía en el Evangelio de ayer lunes, que un profeta no es estimado en su propia tierra.

Nos engañamos a nosotros mismos descansando nuestra fe en ese creer y esperar algo que escondemos con verdadero cinismo de que no sucederá. Nuestra fe, si podemos llamarla a sí, es muy débil y no termina por creer. Porque, ya lo dijo Jesús, si tuviéramos verdadera fe – Mt 17, 14-20 – como un grano de mostaza, moveríamos montañas.

Jesús, el Señor, te pregunta, no importa que sea sábado o cualquier otro día, si quieres salvarte. No se trata de sanarnos de una enfermedad puntual, que también se lo pedimos, sino de la salvación eterna. Y no importa el tiempo ni el día, ni siquiera el momento. El amor no tiene límites, ni hora, ni días. Está por encima de la ley y su misericordia es infinita. Eso sí, termina con una sugerencia que nos viene muy bien: «Mira, estás curado; no peques más, para que no te suceda algo peor».