sábado, 7 de diciembre de 2019

DISPONIBILIDAD Y GRATUIDAD

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Mt 9,35-10,1.6-8
El trabajo se amontona y los obreros son pocos. Jesús nos pide que roguemos al Señor de la mies para que mande obreros a su mies. Y es que la responsabilidad es de todos. La mies no depende del trabajo de unos pocos obreros, porque no dan abasto para cubrir toda la tarea y quedan desbordados por la magnitud de la tarea. La mies necesita del compromiso de todos.

Las injusticias, las carencias, las necesidades de los más pobres y marginados y las tragedias de algunos lugares necesitan del concurso y compromiso de los demás. De manera especial de los que tienen para que compartan con los que no tienen. Mientras unos sufren y padecen todo tipo de necesidades, tanto materiales como espirituales, otros se limitan a disfrutar y pasarlo bien. Sólo se preocupan por su salud y bienestar. ¿No deberíamos preocuparnos por los que tienen necesidad de muchas cosas necesarias e imprescindibles para vivir dignamente?

Si todos ponemos algo de nuestra parte, ¿no estaría las necesidades de este mundo mejor atendido? Nuestra meta no sería tenerlas mejor atendidas, sino plenamente atendidas. Probablemente hay mucha gente que no han tenido la oportunidad de que alguien les ayude a organizarce ni han podido tener los medios y necesidades para vivir con dignidad,y menos aún que alguien le haya podido hablar de Jesús. Y mientras ocurre eso muchos dedican su tiempo a disfrutar y pasarlo bien sin preocuparse por aquellos que sufren. 

Es verdad que necesitamos mirar de frente los problemas de otros muchos que, sin pretenderlo, se han visto envueltos en circunstancias trágicas que las han asolado fuertemente o por guerras entre hombres que buscan el poder y las riquezas. Se hace necesario enviar obreros a la mies para que el hombre pueda tener la opción de conocer al Señor y tener la oportunidad y libertad de experimentar un encuentro con Él.