viernes, 12 de noviembre de 2021

TOMA DE DECISIONES

 

En la vida hay momentos muy importantes donde la toma de decisiones cobra un gran valor. Sin embargo, todos sabemos y lo vemos en aquellos que nos han precedido que la vida - que ha tenido un principio - también tendrá un final. Una hora última en este mundo para partir hacia el otro, aquel que nos espera en esa inimaginable morada - Jn 14, 2 -  que el Señor nos ha prometido ir a preparar para cada uno de los que creen en Él.

Está claro, este mundo tiene su fin, y eso no debe asustarnos sino llenarnos de esperanza, porque, esa hora será la más maravillosa de nuestra vida. Es la hora de la cita con el Creador, nuestro Padre Dios que, por medio de su Hijo unigénito, nos ha revelado su Amor Misericordioso. Es, por tanto, motivo de alegría.

Eso sí, cuidado con este mundo que se nos presenta lleno de falsas promesas, actividades y emociones que llegan a distraernos y a emborracharnos en una actividad frenética que nos aísla y nos vuelve de espalda a Dios. Si estar activo - no hiperactivo - es bueno, la hiperactividad puede inhibirnos de pensar y de tomar conciencia que por encima de todo lo que este mundo nos ofrece, primero está el Amor Misericordioso de Dios, que nos redime, nos salva y nos da la Vida Eterna. Esa Vida Eterna que todos buscamos aunque, muchos, lo hagamos inconscientemente.

En consecuencia, nos preguntamos: ¿Estamos atentos, vigilantes en prepararnos para esa hora final? Conviene de forma serena, pausada y seria tratar de dar verdadera respuesta a esta pregunta. Porque, quieras o no, esa hora final llegará y... ¿después qué?