miércoles, 28 de octubre de 2020

TESTIGOS DESDE EL CORAZÓN


El currículum, por decirlo de alguna manera, que se exige para seguir a Jesús no exige títulos ni estudios superiores, teológicos u otros temas. Simplemente escucharle, permanecer a su lado y creer en su Palabra. Pero, no un creer de forma ciega y totalitaria e impuesta, sino desde una fe libre, razonada, reflexionada y coherente entre la Palabra y la Vida.

Jesús vive lo que antes ha proclamado. Y, proclama lo que antes ya está viviendo. Su Palabra y sus actos son caras de una misma moneda. Esa misma moneda que por un lado representa la cara de Dios y por otra la del prójimo y que, como la misma moneda, son inseparables. Palabra y Vida van juntas y en sus obras convergen y se manifiestan. De modo que, quienes están a su lado y le escuchan quedan fascinados y enamorados del mensaje y de su compromiso de amor.

Y es esa disponibilidad y apertura a la Buena Noticia, que trae y proclama Jesús, la que abre tu corazón y te impulsa a creer y seguirle. Jesús no te pide capacidad ni intelectualidad. Jesús te pide tu corazón y tu libertad, creer en Él y ponerte en sus Manos. Lo demás vendrá, por la Gracia de Dios Padre, por añadidura. ¿Acaso crees que Pedro y los demás apóstoles estaban preparados? ¿Piensas que eran mejores que tú? Quizás no te has parado a pesar que esos rasgos también los puedes tener tú.

La cuestión es responder a esa llamada a seguirle. Llamada que está impresa en nuestro corazón y, quieras o no, te sientes impulsado a responder, pero nunca lo intentes solo sino siguiendo sus pasos y abierto a su Palabra e injertado en el Espíritu Santo.