martes, 16 de mayo de 2023

UN ESPÍRITU QUE NOS LLENA DE ESPERANZA

Si, conviene que Jesús, Resucitado, vaya al Padre. No se entendería de otra forma. Ya se ha consumido el tiempo suficiente para dejarnos esa Buena Noticia que nos da la esperanza y la oportunidad de, creyendo en Él, también nosotros resucitar tras el final de esta vida y volver al Padre.

Sin embargo, nada de quedarnos solos. Es cierto que Jesús, el Jesús encarnado entre nosotros en este mundo limitado por espacio y tiempo se ha ido. Y sentimos una sensación de vacío, de falta de Alguien que llenaba plenamente nuestra vida. Posiblemente nos invada en esos momentos de desconcierto la tristeza y la sensación de sentirnos solos e indefensos.

Pero, viene la promesa del Paráclito, que ya Jesús nos había anunciado para defendernos, fortalecernos y auxiliarnos en esos momentos de flaqueza y desfallecimiento. No olvidemos que el diablo está al acecho. Sabe de nuestras debilidades y tiene mimbres seductores para seducirnos, engañarnos y alejarnos de la amistad íntima con el Señor.

Necesitamos como agua de mayo la oración. Una oración confiada, suplicante y perseverante que nos fortalezca y nos sostenga firmes y unidos al Señor. Una oración – Padrenuestro – donde le pedimos que nos libre del mal, de ese Maligno que está esperando los momentos de dudas o flaquezas para seducirnos y ofrecernos los espejismos placenteros del mundo y la carne.

Tengamos confianza en el Espíritu Santo. Lo hemos recibido en la hora de nuestro bautizo y unidos a Él lograremos vencer todas esas tentaciones y seductoras ofertas de un mundo finito que no nos da lo que realmente buscamos.