viernes, 1 de marzo de 2024

IDENTIFICADOS Y, COMO RESPUESTA, TRATAN DE MATARLO

Supongo, eso me parece, y fue la primer idea que vino a mi pensamiento tras leer el Evangelio, que cuando te reconoces descubierto, lo inmediato es reconocerlo y sentir arrepentimiento. Lo segundo, mal camino, es no reconocerlo y rebelarte tratando incluso de matar a quien te ha descubierto. Y eso dice el Evangelio: (Mt 21,33-43.45-46): …  Los sumos sacerdotes y los fariseos, al oír sus parábolas, comprendieron que estaba refiriéndose a ellos. Y trataban de detenerle, pero tuvieron miedo a la gente porque le tenían por profeta.

Señor Jesucristo, ten misericordia de mí porque soy un pecador. Esa es la confesión y el reconocimiento de quien acepta su condición pecadora, la reconoce y confía en la Infinita Misericordia de nuestro Padre Dios. Es la inmediata respuesta para descubrirme pecador, culpable y responsable de mis pecados y, por tanto, de haber contribuido a que Jesús, el Hijo de Dios Vivo, entregara su Vida para redimirme de mis pecados.

Supongo y pienso que la respuesta inmediata al saberme pecador no se corresponde con la de atacar a quien me delata y menos detenerle para acabar con Él. Supongo que lo bueno y correcto es darme cuenta de mi pequeñez, de mi pobreza y debilidades y confesarme pecador acogiéndome a la gratuita misericordia de nuestro Padre Dios.

Tengo y debo reconocer que nosotros somos así: pecadores que no damos los frutos a su debido tiempo. Pero, también, por la Infinita Misericordia de Dios, nuestro Padre, reconozco y confieso que quiero acogerme a su Infinita Misericordia y arrepentirme de mis pecados reconociendo que es el Hijo quien ha venido a anunciarme el Amor Misericordioso del Padre y a quien debo ofrecerle y darle mis frutos de amor y misericordia tal y como los recibos de Él.