domingo, 5 de abril de 2020

APARIENCIAS DE ENTRADA TRIUNFAL O TRIUNFALISMO

Templo – Página 2 – Alcalá Pbro. Mis Meditaciones las comparto ...
Mt 26,14—27,66
Podemos quedarnos en el entusiasmo del domingo de Ramos, pero, nos equivocamos, porque el triunfo de Jesús no se apoya en ese entusiasmo falso basado en el poder y la fuerza, sino en la Cruz. A los pocos días ese entusiasmo hipócrita se convirtió en acusación. No buscaban la paz y el amor que ofreció Jesús, sino el poder y la fuerza. Y la ilusión que muchos tenían no la encontraban en Jesús, porque, su Reino, lo dijo el mismo Jesús, es un Reino de Amor, de Justicia y de Paz.

También nosotros nos equivocamos si buscamos un Reino cómodo, con un pie en el mundo y otro en la Iglesia. Un Reino que se acomode a nuestras apetencias y comodidades. Eso que solemos decir de un pie en el mundo y otro en la Iglesia. Sabemos ya, advertidos por Jesús, que no podemos estar de acuerdo y servir a dos señores. Es decir, no podemos estar con un pie en el mundo y otro para las cosas de Dios, porque, primero, Dios está en todas las cosas y todas las cosas son de Dios; segundo, nuestro único camino es el de Dios, porque, quieras o no, tu vida terminará en Dios. Has salido de Él y en Él terminarás.

Jesús nos salva entregando su Vida en la Cruz, y ese es el camino que Él nos señala. Porque, sus discípulos y seguidores harán y sufrirán el mismo camino que el padeció. No hay otro camino que la Cruz. Un camino de obediencia, de entrega plena, de servicio y de sufrimiento por amor. El triunfo sale y se esconde en esa entrega de Cruz. Por lo tanto, no busquemos triunfos artificiales ni espejismo de ilusiones. La felicidad está escondida en la entrega por amor que termina en la Cruz. 

Así lo descubrió y entendió nuestra Madre María, la Madre que le siguió, que fue su primera discípula, que fue obediente hasta el final y que se mantuvo firme y llena de esperanza al pie de la Cruz.