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(Jn 16,29-33) |
Los valores del consumismo, del capitalismo, de la sensualidad y del
materialismo están en boga y en contra de todo lo que suponga ponerse en
sintonía con las exigencias evangélicas. No obstante, este conjunto de
valores y de maneras de entender la vida no dan ni la plenitud personal
ni la paz, sino que sólo traen más malestar e inquietud interior. ¿No
será por esto que, hoy, las personas van por la calle enfurruñadas,
cerradas y preocupadas por un futuro que no ven nada claro, precisamente
porque se lo han hipotecado al precio de un coche, de un piso o de unas
vacaciones que, de hecho, no se pueden permitir? ( Del Comentario:
Rev. D.
Jordi
CASTELLET i Sala
(Sant Hipòlit de Voltregà, Barcelona, España).
La apetencia de tener y poseer para gozar te esclaviza y te hace más infeliz. Porque el gozo se esconde en lo eterno, no en lo caduco y perecedero. Y las cosas de este mundo son caducas y finitas. Sólo lo eterno te dará el gozo y la felicidad eterna. Por eso, buscar el gozo y la alegría eterna en este mundo es equivocarse y perder el tiempo. Sólo en Jesús, que ha vencido al mundo, se esconde el verdadero y único gozo eterno. *
Los de Cristo vencemos las dificultades tal y como Él las ha vencido, a
pesar de que en nuestra vida también hayamos de pasar por sucesivas
muertes y resurrecciones, nunca deseadas pero sí asumidas por el mismo
Misterio Pascual de Cristo. ¿Acaso no son “muertes” la pérdida de un
amigo, la separación de la persona amada, el fracaso de un proyecto o
las limitaciones que experimentamos a causa de nuestra fragilidad
humana?
Pero «sobre todas estas cosas triunfamos por Aquel que nos amó» (Rom 8,37). Seamos testigos del amor de Dios, porque Él en nosotros «ha hecho (...) cosas grandes» (Lc 1,49) y nos ha dado su ayuda para superar toda dificultad, incluso la muerte, porque Cristo nos comunica su Espíritu Santo.( Del Comentario: Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala (Sant Hipòlit de Voltregà, Barcelona, España).
Pero «sobre todas estas cosas triunfamos por Aquel que nos amó» (Rom 8,37). Seamos testigos del amor de Dios, porque Él en nosotros «ha hecho (...) cosas grandes» (Lc 1,49) y nos ha dado su ayuda para superar toda dificultad, incluso la muerte, porque Cristo nos comunica su Espíritu Santo.( Del Comentario: Rev. D. Jordi CASTELLET i Sala (Sant Hipòlit de Voltregà, Barcelona, España).
* (Lo escrito en negrita es mío).