Estas palabras marcan
la acción de la vida de Jesús: «Hacer la Voluntad
del Padre, lo que realmente le agrada» Y esas palabras
nos aclaran nuestro camino y nuestro actuar: «Hacer lo que le
agrada al Padre».
Y lo que le agrada
al Padre es lo que Jesús, su Hijo, nos explica, nos enseña y nos anuncia en la
Sagrada Escritura. Porque, ella es precisamente la Voluntad del Padre. Para
eso, precisamente, ha venido Jesús, para anunciarnos que el Padre nos quiere
con un Amor Infinito y Misericordioso.
Jesús se identifica
con el mismo nombre que el Dios que llama
a Moisés desde la zarza ardiente: «Yo soy».
Y en este pasaje del Evangelio lo repite dos veces. Ese Dios al que llama
Padre, que ha liberado a su pueblo y que no le abandona nunca y es fiel a su
Alianza. Sabe que está presente siempre y que le apoya, le acompaña y le defiende.
En esta esperanza
y certeza, Jesús camina hacia la Cruz, donde realmente veremos al «Yo
soy» liberador de la humanidad.