Cuando la Voluntad
de Dios manda todo lo demás queda en segundo plano y aparcado. Eso fue lo que sucedió
en la casa de Zacarías, padre de Juan el bautista. Su nombre es Juan vino sugerido
desde arriba y tanto Isabel, su madre, como Zacarías aceptaron ese nombre.
Es algo muy
sencillo que quizás pasa inadvertido en nuestra vida. Posiblemente nos sentimos
ajenos a que se nos sugiera algo pero ¿sabemos si se nos ha sugerido algo concreto
en nuestra vida? Posiblemente esperemos algo notorio y espectacular como el nacimiento
de un hijo con nombre ya incluido, o alguna otra cosa significativa que pueda
pasar a la historia. Pero ¿por qué no es algo sencillo y común a nuestro vivir
de cada día?
Igual se nos está
sugiriendo que pongamos más atención a la Palabra de Dios. Puede ser que se nos
pida más cercanía a la Persona de Jesús, conocerle e intimar más con Él. Igual
tener en cuenta nuestras obligaciones y compromisos familiares o vivir cada día
más en actitud misericordiosa o tantas cosas más que podemos ir descubriendo en
la media que abramos nuestro corazón a la acción del Espíritu Santo. Quizás sea
esa otra sugerencia que nos venga de arriba.
Si Dios nos quiere, y eso es seguro, y nos ama misericordiosamente, nos tendrá muy en cuenta y nos hablará de Padre a hijo para que no nos perdamos, para que no nos desviemos y para que, auxiliado por el Espíritu Santo, encontremos el Camino, la Verdad y la Vida que nos hará feliz eternamente.