
Esa es la forma de vivir el Evangelio, enviados por Jesús y en el Espíritu Santo. Solo el Espíritu de Dios basta y lo imprescindible para mantenernos expectante y en activa escucha a la Palabra. Jesús nos habla en el Evangelio de un bastón, calzados y túnica.
Posiblemente llevamos muchas más cosas que pareciéndonos necesarias sólo una lo es, la Palabra, la escucha y el deseo de responder, porque en ella nos va la vida. Es verdad que necesitamos comer, vestir y algunas cosas más, pero lo fundamental es la Palabra y el alimento del alma, la Eucaristía, que nos proveerá de todo lo demás.
Y es que en nuestro camino, perdemos el horizonte y la meta porque nos encadenamos y esclavizamos a muchas cosas que incluso llegamos a considerar necesarias, y hasta imprescindibles. Incluso medios como Internet u otros que tanto ayudan hoy, pueden convertirse en cadenas de esclavitud si no sabemos utilizarlos como medios y no como fin. Sólo el Señor es la meta y el fin. En sus Manos iremos provisto de todo aquello que necesitamos para vivir en Él, el amor que nos hará libre y nos salvará.