domingo, 25 de diciembre de 2022

DIOS TE AMA, SU AMOR ES INCONDICIONAL AUNQUE TANTO TÚ COMO YO NO LO MEREZCAMOS.

Lucas 2, 1-14

Ese es el misterio, un Amor Infinito que nunca podremos comprender. Porque nuestra mente está cerrada y limitada a ese gran misterio. Nuestra razón nos dice que nada se da gratis y que todo tiene un valor. ¿Cómo entonces Dios nos regala su amistad y su amor incondicional a pesar de nuestra indiferencia y nuestro rechazo? ¿Se puede entender esto?

De igual manera así funciona este mundo. Me das y te doy según recibo. Nada es gratis y cuando vemos algo regalado y dada gratis, simplemente por amor, nos sorprendemos y extrañamos mucho. ¿Te has parado a pensar eso? Hoy celebramos eso que nos extraña mucho, una vida regalada por amor de un Niño Dios que se hace pequeño, que, siendo el Rey del Universo, se abaja y se hace igual a ti y a mí menos en el pecado.

Y viene a este mundo no como un rey sino pobre, sin presentación, sin escándalo, sin pompas ni trompetas. Nace en un pesebre porque no encuentra quien le dé posada y su nacimiento solo es anunciado a los pastores porque solo los pastores – pobres y marginados – pueden escucharle y aceptarle. Solo desde la pobreza y la libertad de nada tener que perder se puede abrir el corazón a la Palabra de la Buena Noticia. Y los pastores como los pobres en cierto sentido son libres o, al menor, están abiertos a la escucha de la salvación.

Por el contrario quienes viven en la abundancia temen perder lo que tiene. Se siente atado a sus riquezas y bienes. Recordemos a aquel hombre rico – Mt 19, 16-30 – y su respuesta a la propuesta de Jesús. Esa es la actitud de quienes están tocados por las riquezas, incluso muchos que siendo pobres están tentados por esa ambición de riqueza. Y, lo importante, lo que importa mientras navegamos por este mundo de luces, fiestas y regalos es preguntarnos ¿qué hacemos y cuál es nuestra respuesta?

¿Queremos que ese Niño Dios nazca también en nuestros corazones o, por el contrario agachamos la cabeza y seguimos al lado de nuestras riquezas? Ahí está la verdadera celebración de la Navidad, ¿quién nace dentro de nuestro corazón? ¿Las riquezas, el poder, la fama, el prestigio, el placer…etc. o el Niño Dios?

SEÑOR, QUE CADA DÍA DE MI VIDA
SEA UN POCO MÁS PARECIDO
A TI.
DAME LA SABIDURÍA DE ABRIR
CADA DÍA UN POCO MÁS 
MI CORAZÓN PARA
QUE TÚ NAZCAS
EN ÉL.

FELIZ NAVIDAD