sábado, 10 de julio de 2021

NO TENGAS MIEDO, CONFIA EN EL SEÑOR

 

La realidad es que, si tenemos fe, el miedo debe de desaparecer. Porque, nada podemos perder, es más, si acaso ganar con aquellos que pueden hacernos daño corporal, pero nunca matar nuestra alma, que será inmortal y llamada a vivir en plenitud de gozo y felicidad en presencia de Dios nuestro Padre.

Sin embargo, nuestra naturaleza, herida por el pecado, teme el dolor y el sufrimiento. Es, precisamente, ese miedo el que nos paraliza y cambia el rumbo de nuestra vida. Por miedo, dejamos de hacer muchas cosas que, al menos pensamos, debemos hacer. Por miedo guardamos silencio y ocultamos la verdad. Por miedo, llegamos, incluso, a cambiar, o al menos esconderlos, nuestros pensamientos y, también, por miedo, dejamos de seguir a Jesús.

Jesús, que conoce y sabe del miedo que hay oculto en nuestros corazones nos repite hasta por tres veces que no tengamos miedo. Primero, porque Él no se ha ido, está y ha estado siempre presente y camina con nosotros. Segundo, se ha quedado para fortalecernos y protegernos ente el peligro y la amenaza. 

Y, tercero, nos da fuerza para soportar y superar el mal que nos amenaza y para, con paciencia, humildad y confianza cargar, como hizo Él, con nuestras cruces de cada día. Por tanto, sin miedos, creamos en el Señor poniendo en Él toda nuestra confianza.